Enlazando con el escrito
anterior, decía que el Parque Nacional de Kruger (Sudáfrica) está a sólo 100 km
de donde vivimos (con una frontera de por medio).
No me puedo aguantar, así que doy
un salto en el tiempo, paso por encima de otras excursiones que contaré más
adelante, y me voy directo al Kruger.
Junto con Etosha, el Kruger es el
mejor parque nacional del sur de África. Tienen un tamaño muy parecido, 20.000
y 18.000 km cuadrados respectivamente, aunque gran parte de la superficie de
Etosha está ocupada por un lago salado. El Kruger tiene, por tanto, mucha más
superficie visitable y también muchos más visitantes. Otra gran diferencia es
que la red de carreteras principales del Kruger está asfaltada –no así la
secundaria-, lo que puede resultar más feo a ojos de algunos. Y, finalmente, el
Kruger tiene una variedad de hábitat mucho mayor que Etosha y,
consecuentemente, mayor número de especies de grandes animales. Aquí se
encuentran, por ejemplo, especies propias de medios acuáticos (hipopótamos,
cocodrilos, waterbucks, bushbucks…) que no existen en Etosha, que es mucho más
árida. También hay en el Kruger monos “verdes” (cercopitecos) y babuinos, y
algunas especies de antílopes típicas de esta parte de África, como el Nyala. El
licaón o perro salvaje aún vive en el Kruger, pero se extinguió en Etosha.
Bushbuck o Antilope jeroglífico (Tragelaphus sylvaticus). Algunos consideran ahora que hay dos especies de bushbucks, éste sería el Imbabala (Tragelaphus sylvaticus). |
[No conviene pasarse con las
comparaciones porque sería como confrontar Cabañeros con Picos de Europa, o
Timanfaya con Garajonay: un sinsentido. Etosha y Kruger son parques bestiales,
de los mejores del mundo para ver animales… Eso sí, la charca iluminada de
Okaukuejo ofrece en las noches de época seca un espectáculo que no tiene par.]
En resumen, hemos estado dos
veces en el Kruger este año: una en abril y otra hace una semana. La última,
con la compañía muy especial del recién desposado hermano de Silvia, Enrique, y
de su mujer, Nuria, que nos han premiado con pasar parte de su luna de miel con
nosotros (y el resto en la playa, en Mozambique). Helos aquí tan felices a la
entrada del Kruger, en su primera visita a un parque nacional animalero en
África:
Al otro lado del puente no nos ponemos tan cómodos... |
Con estos dos ufanos chicarrones,
la suerte tenía que estar de nuestra parte… Lo que no sabíamos es que iba a
estar de nuestra parte 5 veces en poquito más de 24 horas, porque ése es
exactamente el número de… ¡LEOPARDOS! con que agasajó el Kruger a la pareja
nupcial. Apenas 2 horas después de haber entrado en el Parque, y con prisas
para llegar al campamento (Malelane), vimos el primero: un macho que recorría
la cuneta a plena vista de todo el mundo y con bastante parsimonia. A la porra
los comentarios de “el leopardo es muy difícil de ver, sería una suerte inmensa
ver uno…”, etc., ya en la primera tarde.
A la mañana siguiente nos
informaron de que se había visto una hembra tumbada a la vista del camino, no
lejos de allí. Tras haber estado buscando leones toda la mañana (infructuosamente),
nos acercamos a ver si seguía estando allí, y lo que nos encontramos fue 3
cachorrazos 3 de leopardo, a los que pudimos observar durante una hora. Uno de
ellos nos hizo toda una exhibición de indiferencia felina, tumbándose en un
árbol muerto y dándose paseítos de un lado a otro para saludar a sus hermanos
de vez en cuando.
Desmitificando a mis congéneres |
Para que os hagáis una idea,
hablamos con una mujer que vivía a las puertas del parque y había visto también
3 leopardos… en 10 años de visitas bimensuales al Kruger. Dejando aparte a mi
hermano Pablo y a cualquiera que viaje con él –Pablo tiene un pacto con el
diablo para ver leopardos- ver 4 leopardos en menos de 12 horas, no es suerte,
es un asco. Más: en dos años que estuvimos en Namibia –con 13 visitas a Etosha-
ví sólo tres (uno con Pablo, claro), y en toda mi vida he visto 28, frente a
cientos de leones. ¡Vivan los novios, pues!
Aquí podéis ver un video de este cachorro. (nota: he actualizado este video y ahora lo podéis ver con calidad).
leopardo alta corto from Nacho Aransay on Vimeo.
Después de comer y de hacer las gracias pertinentes de “ya vale de leopardos, que los tengo aborrecidos”, los mismos decidieron que no habíamos tenido bastante y que merecían mucho más nuestra atención que los leones, así que nada más salir del campamento (Skukuza) una preciosa leoparda decidió sumarse a la vorágine y cruzar la carretera frente a nuestras narices cuando apenas llevábamos recorridos un par de kilómetros. ¡Cinco leopardos en 25 horas! Récord del mundo para los novios… y antes de haber visto un solo león, por cierto.
Vale, no soy un leopardo, pero los romanos creían que soy un cruce de ese animal y un camello |
En el Kruger se calcula que hay
unos 700 leopardos actualmente. Se ven con relativa frecuencia (más en
carreteras de asfalto que de gravilla, por cierto) y más que en otros parques,
pero una cosa es una cosa y otra es lo de estos chicos. No se lo dijimos a
mucha gente para que no les tiraran piedras, claro, y para que no les veten la
entrada por abusones.
El resto de la visita también estuvo
a la altura de las expectativas. Vimos cientos de elefantes y tuvimos que estar
parados media hora esperando a que un macho en “musth” despejara el camino. El “musth”
es un periodo en el que los machos están hiper-hormonados (la testosterona se multiplica por 60) y pueden resultar muy
peligrosos. Se reconocen porque durante ese tiempo secretan muchísimo líquido
por las glándulas temporales (parece que lloran, aunque todos los elefantes lo
hacen un poco) y no paran de orinar en pequeñas cantidades.
También los rinocerontes –blancos
aquí- se dejaron ver en buen número, así como los hipopótamos, fácilmente
observables en algunas lagunas desde observatorios.
Escaramuza entre hipopótamos en Lake Panic (foto de Silvia) |
Otro de los momentos álgidos fue
encontrar una manada de hienas con sus cachorros tomando el sol de la mañana
junto a una carretera. Como siempre, a nuestros invitados les sorprendió mucho
la belleza de estos tremendos depredadores, tan alejados en la realidad de la
imagen estúpida que el “Rey León” les ha atribuido ya para siempre en el
imaginario occidental.
Cachorro de hiena manchada (Crocuta crocuta), reclinado sobre su madre |
Los leones en sí se hicieron de rogar, y “sólo” vimos dos
machos descansando al borde de una laguna y otro macho, después, junto a un ñú matado
la noche anterior por otros (¿leones, hienas?... no los encontramos). Este
último macho estaba en un estado físico deplorable, absolutamente demacrado, y
daba realmente lástima verlo. Quizás sería un león “desahuciado” que aprovechó
simplemente los restos de la caza para sobrevivir un día más…
Garza Goliath (Ardea goliath), la mayor del mundo |
Seguiré otro día con más cosas.
No swimming, boy |
Los autores, con las chifas de verlo todo |